Las Qira’at se refieren a las diferentes formas de recitar el Corán. Hay diez recitaciones reconocidas, cada una con su propio conjunto de reglas relacionadas con la pronunciación, la entonación y, a veces, incluso el significado. Aunque el contenido del Corán se mantiene sin cambios a través de estas recitaciones, pueden ocurrir ligeras variaciones en la pronunciación y las palabras, lo que puede llevar a diferentes interpretaciones y énfasis.
Las diez Qira’at reconocidas se derivan de siete lecturas principales, conocidas como Qira’at al-Sab’ah. Las tres lecturas adicionales, conocidas como Qira’at al-‘Asharah, fueron aceptadas más tarde basándose en el consenso de los eruditos. A continuación, se presentan las diez Qira’at canónicas:
Hafs an Asim – Esta es la recitación más utilizada, especialmente en el mundo árabe. Hafs, un estudiante de Asim ibn Abi al-Najud, estandarizó esta lectura en el siglo VIII.
Warsh an Nafi – Popular en el norte de África, especialmente en Marruecos y Argelia, esta recitación es atribuida a Nafi al-Madani, un destacado erudito de Medina.
Qalun an Nafi – Otra lectura de Nafi, Qalun se recita comúnmente en algunas partes de Libia.
Al-Duri an Abu Amr – Esta recitación, que proviene de Abu Amr al-Basri, se practica en algunas regiones de África Occidental.
Susi an Abu Amr – Otra lectura de Abu Amr, es menos común pero reconocida.
Khalaf an Hamzah – La recitación de Hamzah al-Kufi se caracteriza por su estilo distintivo y a menudo se asocia con la región de Kufa.
Al-Bazzi an Hamzah – Otra recitación de Hamzah, que se centra en las variaciones de pronunciación.
Ya'qub an Al-Susi – Una recitación con características fonéticas únicas, practicada en ciertas áreas.
Ibn Kathir – Esta lectura de Ibn Kathir al-Makki es notable por sus particularidades en algunos versículos.
Abu ‘Amr – Esta recitación tiene variaciones regionales pero es principalmente reconocida en el contexto de discusiones académicas.
Las Qira’at surgieron de la tradición oral de la transmisión coránica. Durante los primeros años del Islam, el Corán fue revelado de una manera que reflejaba los dialectos de varias tribus árabes. A medida que el Islam se expandía más allá de la península arábiga, se volvió esencial preservar estas diversas recitaciones para mantener la autenticidad del Corán.
La compilación del Corán bajo el califato de Uthman ibn Affan en el siglo VII jugó un papel crucial en la estandarización del texto. Sin embargo, las diferentes recitaciones se conservaron y se transmitieron a través de cadenas confiables de narradores. Eruditos como Ibn Mujahid en el siglo IX codificaron estas Qira’at, distinguiendo entre las que eran ampliamente aceptadas y las que no lo eran.
Riqueza Lingüística: Cada Qira’a ofrece una perspectiva única sobre el idioma árabe, mostrando sus variaciones dialectales. Esta diversidad enriquece el tejido lingüístico del Corán y refleja la capacidad del idioma para matizar significados.
Implicaciones Teológicas: Algunas diferencias en las Qira’at pueden afectar la interpretación de versículos específicos. Los eruditos a menudo participan en discusiones sobre cómo estas variaciones pueden llevar a diferentes comprensiones teológicas.
Mejor Comprensión: Para los estudiantes y eruditos del Corán, estudiar las Qira’at profundiza su apreciación del texto. Invita a una exploración más profunda de los significados y enseñanzas dentro del Corán.
Prácticas Culturales: Diferentes comunidades pueden favorecer ciertas Qira’at, lo que conduce a un rico tapiz de prácticas de recitación en todo el mundo musulmán. Estas prácticas fomentan un sentido de identidad y pertenencia entre los fieles.
Las Qira’at del Corán representan un aspecto profundo de la erudición y tradición islámicas. No solo reflejan la diversidad lingüística del idioma árabe, sino que también ofrecen interpretaciones variadas que enriquecen el mensaje coránico. Comprender estas recitaciones mejora la apreciación de la belleza y profundidad del Corán, invitando a creyentes y eruditos a interactuar con el texto de maneras significativas.
A medida que los musulmanes continúan recitando el Corán en sus oraciones y reflexiones diarias, las Qira’at les recuerdan la riqueza de su fe y la importancia de preservar el legado coránico. Ya sea que se recite Hafs, Warsh, o cualquiera de las otras Qira’at, la esencia del Corán sigue siendo la misma: una guía divina para la humanidad, llena de sabiduría, misericordia y gracia.